jueves, 19 de octubre de 2017

Arriesgándose a conocer


Esta semana la comenzamos retomando la lectura de “Tus zona erróneas” del Dr Dyer, hoy nos dedicaremos a comentar su capítulo “Explorando lo desconocido”.

El Dr. Dyer comienza su capítulo con la frase:

“Sólo los inseguros ansían la seguridad”.

Frase, que desde luego no comparto, yo ansío la seguridad, aunque no me considero inseguro.

También nos muestra una frase atribuida a Einstein, que dice:

“La experiencia más hermosa es la de lo misterioso. Esa es la verdadera fuente de todo arte y toda ciencia”.

Ciertamente, lo misterioso, lo desconocido, tiene una fuerte atracción, pero como siempre os digo, todo ha de ser en la medida correcta.

¿Cuál es la medida correcta?

Ahí está lo complicado, depende de cada persona, de los riesgos que esta persona esté dispuesta a asumir, así como depende también del nivel de seguridad, que esta misma persona ha de tener para que no se le enciendan las bombillas de peligro, que le harían sentir miedo.

Pero al mismo tiempo, también hemos de saber que si estamos completamente seguros de lo que va a sucedernos, de lo que nos van a decir, de lo que nos van a preguntar… seguramente entremos en el aburrimiento.

También es muy cierto que cuando hacemos algo, normalmente en edad adulta, necesitamos un motivo para realizar es algo, pero también en ocasiones es interesante realizar algo sin motivo aparente, simplemente el placer de hacerlo.

Me pondré de ejemplo yo mismo, efectuándoos unas preguntas:

¿Por qué creéis que escribo estos artículos?

Los escribo por varios motivos, principalmente por que siempre me ha llamado la atención escribir, aprendo yo al escribir, desarrollo mi mente y comparto mis opiniones con el mundo.

¿Por qué pinto cuadros?

Pinto cuadros, quizás, porque siempre se me ha dado muy mal el dibujo, sé que no voy a dedicarme a vender mis dibujos (o pinturas), pero disfruto pintando.
¿Por qué quiero aprender a tocar el piano?

Esa es una cuenta aún pendiente, para reconocer un tema tocado por mí, es más fácil reconocer un tema poco conocido, haciendo girar el motor del tocadiscos al revés…
¿Por qué cocino?

Cocino porque me gusta cocinar, comprobar el resultado, saborearlo…

Quizás debiera ser más espontáneo, ahora, después de comer en lugar de habitualmente ponerme a escribir un post, podría hacer otra cosa imprevista, algo inesperado, pero soy ya viejecito, tranquilo y deseo la tranquilidad, probablemente así pierdo muchas oportunidades de hacer cosas nuevas, pero realmente “opino” que no tengo necesidad de hacer esas cosas nuevas, el día que me aburra escribir, pintar, cocinar, etc., simplemente me buscare otras ocupaciones, aficiones o diversiones.

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