Como siempre, ando
consumiendo restos de la nevera, encontré un calabacín que llevaba más de una
semana en la nevera (aun en buenas condiciones) y quería consumirlo de alguna
forma diferente, cotillee a ver si encontraba una idea diferente para
consumirlo, encontrando una estupenda idea en el blog “Con las manos en la
grasa” en su post “Huevos
acorralados”, aunque, de pasada he visto
varias ideas muy interesantes en dicho blog, por lo cual os recomiendo que le
deis un vistazo sin prisas.
Ingredientes (2 personas):
1 calabacín
2 huevos
2 varitas de surimi (palitos de cangrejo)
1 vasito pequeño de arroz
½ pastilla de concentrado de carne
Cúrcuma (especia que le da sabor y color)
12 gambas congeladas grandes
Sal
Aceite de oliva
Preparación:
Aunque la realización
de esta receta es muy fácil, resulta un poco laboriosa, puesto que todo se hace
por separado y se manchan varios cacharros.
Empezamos por poner
agua a hervir, con la media pastilla de concentrado de carne, cúrcuma y un
generoso chorro de aceite (la cantidad de agua debe ser aproximadamente dos
veces y media que el volumen del arroz), cuando comience a hervir, añadir el
arroz y dejar cocer hasta que este esté tierno. Reservamos.
Mientras fileteamos
el calabacín longitudinalmente (yo utilice un corta fiambres).
Salamos los filetes y
los freímos en una sartén con un chorrito de aceite de oliva, hasta que los
filetes queden tiernos, pero sin romperse. Reservamos.
Aceitamos dos aros de
emplatar y envolvemos sus paredes con tres lonchas de calabacín cada molde,
colocándolos en un recipiente apto para el horno.
Aguantamos las
lonchas de calabacín pegadas a las paredes del molde colocando el arroz, hasta
llenar el molde, pero dejando espacio para colocar un huevo.
Cortamos cada surimi
longitudinalmente de cuatro trozos y decoramos los bordes del arroz con las
tiritas de surimi.
Cascamos un huevo
crudo, en cada molde, salándolos y horneamos hasta que la clara se cuaje, se
puede gratinar unos minutos para que termine de cuajar la clara, pero con
cuidadito que no se nos cuaje la yema.
Mientras se nos cuaja
el huevo, freímos en una sartén con un chorrito de aceite las gambas,
salándolas.
Solo nos resta
desmoldar el montadito con la ayuda de un cuchillo y con cuidado de no
quemarnos.
Colocamos las gambas
a su alrededor y servimos.
Fuente original:
Hola, un buen montadito, sí señor, para repetir seguro!! Un abrazo Jorge!!
ResponderEliminarGracias Elisa, la verdad es que no sobro... no se por que sería...
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