Aunque hace tiempo, en varios post os
he escrito sobre el sueño. “Sueño, ese
gran desconocido” o “Escribiendo
sobre el sueño”, entre otros, que recuerde nunca he tocado el tema
del sonambulismo el cual es un curioso trastorno del sueño.
El sonambulismo consiste en un
trastorno, el cual provoca que se desarrollan actividades motoras automáticas,
que pueden ser simples o complejas, produciéndose durante la etapa IV del sueño
no REM.
Una persona que padece sonambulismo,
se puede levantar de la cama, caminar, ir al WC e incluso salir de su casa y en
algún caso llega a conducir un vehículo mientras está dormidas, manteniéndose
inconsciente y sin poder comunicarse con las demás personas.
En el caso del niño sonámbulo, este
acostumbra a sentarse en su cama con los ojos abiertos, con expresión de
admiración o sorpresa, e incluso puede que se llegue a levantar de la cama, sin
realizar actos muy vigorosos y sin recordar al despertar sus sueños.
En cambio, entre los adultos, el
sonambulismo puede ser más problemático, puesto que con frecuencia puede estar
acompañado de conductas físicas vigorosas o violentas, e incluso llegar a
lesionarse el paciente adulto, el cual a diferencia del paciente infantil suele
recordar el contenido de sus sueños.
Los pacientes adultos, con
frecuencia repiten la temática de sus sueños, suelen vivir situaciones en las
que necesitan huir o ayuda rápida, lo cual provoca que el paciente salte de
inmediato de la cama.
Al saltar con rapidez de la cama,
el paciente puede provocarle lesiones causadas por tropezar con las paredes o
el mobiliario.
En los ancianos, el sonambulismo
puede ser síntoma de síndrome psicorganico o trastornos del comportamiento
relacionados con el sueño MOR.
La duración de un episodio de
sonambulismo, puede oscilar desde unos segundos hasta más de 30 minutos, aunque
no es habitual que estos episodios duren más de 10 minutos.
La privación de sueño (dormir mal,
una o varias noches), el estrés, los estados febriles y especialmente el
consumo de alcohol, pueden desembocar en casos de sonambulismo, si el paciente experimenta
sueños de contenido violento, debe consultar con un especialista para diagnosticar
y aplicar un tratamiento farmacológico adecuado.
Despertar a un sonámbulo es
difícil, poseen los ojos abiertos y ven igual que cuando están despiertos,
aunque suelen creer que están en otros lugares diferentes de donde realmente
están.
Los sonámbulos suelen regresar
después de su “paseo,” a su cama sin recordar nada al día siguiente.
El sonambulismo se produce durante
la fase de sueño de ondas lentas (SOL), este trastorno del sueño es más
habitual entre niños y adolescentes.
Existe un mito que afirma que si a
un sonámbulo se le despierta, este puede morir, aunque la realidad, es que sería
igual que si se le despertara en su cama.
También en las películas nos
muestran a los sonámbulos con los ojos cerrados y los brazos extendidos, aunque
la realidad es una bien diferente, puesto que los sonámbulos abren los ojos y
ven, por lo cual no necesitan llevar los brazos extendidos.
Los sonámbulos, pueden correr
riesgos subiendo o bajando escaleras o utilizando herramientas o aparatos
potencialmente peligrosos.
Lo mejor que podemos hacer ante una
persona que está sufriendo los efectos del sonambulismo, es intentar
convencerlo de que regrese a su cama, un sonámbulo no es consciente de la
acción que está realizando, por lo cual puede realizar acciones que pueden
resultarle peligrosas sin darse cuenta de ello.
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