jueves, 12 de septiembre de 2013

Consejos para ser feliz (respuestas)


En esta ocasión quiero comentaros un post de un bloguero que publica en Globedia, el post se titula “13 consejos para ser feliz”.

Pasare a comentaros mi opinión de cada uno de sus trece puntos, su opinión la podéis leer directamente en su post.

Según Froggermundo son trece cosas que no hemos de hacer para conseguir ser felices, veamos que resulta, desgranando una a una, esas trece cosas que no debemos realizar.

1.-Renuncia a la culpa.

Se refiere a no culpar al mundo de lo que nos sucede, sentimos, poseemos o no poseemos.

Recomienda, que seamos responsables nosotros mismos los dueños de nuestra vida, sin delegarla a los demás.

Completamente de acuerdo con este consejo, si algo sale mal, nada ganamos buscando culpables, aprovechemos nuestras energías en buscar soluciones y sacando enseñanzas al problema.

Los únicos dueños de nuestros actos, así como de nuestra vida, somos nosotros.

2.-Renuncia a tu necesidad de tener siempre la razón.

Nos muestra que no es tan importante ganar una disputa, especialmente si los equivocados somos nosotros.

Ciertamente, en muchas ocasiones lo único que valoramos, en una discursión, es conseguir ganar una batalla (batalla que en ocasiones perdemos y nos hace convertir amigos en enemigos), en muchas ocasiones, en lugar de cerrarnos, ponernos rojos y gritar, aun a sabiendas de tener razón, es mejor mordernos nuestra lengua, escuchar a quien opina diferente, intentando comprenderlo, en lugar de atacarlo (aunque ese ataque sea una defensa), solo así ambos, o por lo menos nosotros,  podremos razonar, sacar lo mejor de ambas opiniones, aprender y además evitar la confrontación.

3.-Renuncia a tu necesidad de control.

Aquí nos cuenta que debemos dejar de controlar todo lo que sucede a nuestro alrededor.

De este punto he de aprender yo, aunque no me gusta controlar, controlo a las personas, que están a mi alrededor, que sé que me van a perder el norte.

Me gusta confiar, no me gusta estar pendiente de todo, pero hay ocasiones en las cuales dejo libertad de acto, pero vigilando por el rabillo del ojo, y en estos casos, ciertamente he de reconocer que pierdo fácilmente la paciencia y los nervios…

Esta bien claro que necesito unos cuantas dosis de paciencia.
4.-Abandona tus creencia limitantes.

No tengo creencias limitantes, lo que no se hacer, puedo aprenderlo, lo difícil se puede trocear e ir avanzando poco a poco.

Quizás, lo que me limita en muchos casos, es la comodidad o la vagüitis aguda, hay cosas que cuesta menos conseguirlas hechas por otros que hacerlas por ti mismo.

De hecho, me propuse aprender a tocar la guitarra y no lo conseguí, intente aprender a tocar el órgano, aun estoy en ello, pero como que no.

También intente aprender a pintar, no soy un afamado pintor, ni tampoco es mi propósito, pero siendo un negado para ello, ya consigo, después de 4 o 5 años de pintar, plasmar lo que yo quiero, con eso me siento contento.

Siempre he querido escribir un libro, ya lo tengo escrito y publicado, aunque no exactamente el libro que me gustaría escribir (el publicado es de recetas de cocina), ahora quiero preparar otro sobre psicología, y quizás, solo quizás, el que le siga (si llego a ello), será el libro que realmente quiero publicar, pero con tener publicado mi libro de recetas, me conformo, por cierto, si alguien lo desea, se titula “Peligro, Jorbasmar en la cocina”, si lo deseáis cotillear, desde este enlace podéis comprarlo (es carísimo), pero también podéis bajáros gratuitamente la versión en PDF, sin duda la mejor opción.

5.-Renuncia a tu auto-derrotado diálogo interno.

Ciertamente, nuestra mente y la de todos, tiene muchas zonas erróneas, muchas de ellas generadas por ese automático de llevamos dentro de ella, que nos obliga a sobre actuar, en lugar de ante una acción o hecho, soltar lo primero que nos pase por ella, primero pensar, razonar y solo después hablar o actuar.

6.-Renuncia a tu resistencia al cambio.

En este punto si que discrepo, si es necesario cambiar, se ha de cambiar, pero un cambio siempre implica rupturas, mejor una evolución paulatina, un dejar llevarse por la corriente, sin olvidar por ello la mirada crítica.

Si vas conduciendo por la carretera, has de seguir el asfalto, si te pasas un cruce, despacito, buena letra y sigues avanzando, hasta poder dar la vuelta, o quizás poder seguir una nueva ruta, quizás mejor, quizás peor, la decisión de regresar al cruce perdido es tuya, puede ser la mejor opción, o quizás la mejor opción es esa nueva ruta, decídete tu.

7.-Renuncia a quejarte.

Ciertamente, quejarte solo sirve para sentirte tu mal (además, mientras gastas tus energías quejándote, gastas unas energías que podrías consumir buscando soluciones alternativas), pero además de pasarlo mal con las quejas, incordias a las personas que te rodean, (ellas también tienen sus problemas y probablemente mayores que los tuyos, pero no te dan la vara a ti).

Entonces, si con quejarte solo ganas caer mal a los que te rodean, gastas unas energías que necesitas para buscar soluciones, piensa una cosa…

¿De que puñetas te sirve quejarte?

8.-Abandona el lujo de la crítica.

Otro punto que tengo que mejorar, igual que no me gusta que me critiquen a mi (aunque si me critican tampoco me van a quitar el sueño por ello), aunque no me considero un criticón, opino que en demasiadas ocasiones critico, es un tema que realmente puedo mejorar.

Criticando a alguien, se consigue un rato de charla, pero ofendes al criticado, si la persona a la que le cuentas tu critica es amiga del criticado, creas asperezas con ella y aunque tengas toda la razón del mundo con tus críticas, nada obtienes con ellas, mejor cuando una persona no te interesa, distánciate de ella, y si no quieres o no te interesa distanciarte no la critiques, pues a la larga se enterara de tus criticas y se distanciara ella de ti.

Si opinas que tu critica es constructiva, a solas, con esa persona, con respeto y con tacto, puedes comentarle lo que opinas, si consideras que con ello puedes ayudarle, pero jamás ir diciendo esto y lo otro a sus espaldas.

9.-Renuncia a tu necesidad de impresionar a los demás.

Muy cierto, no hace falta impresionar, si tu lo vales (y todos tenemos cosas valiosas), es necesario esperar a que los demás nos valoren.

Nos pueden valorar por nuestra sonrisa, por contar chistes, por conducir bien, por ser manitas, o por mil cosas mas, pero ciertamente no necesitamos demostrar al mundo que somos buenos, si el mundo quiere ya lo vera y si no… ¿qué mas nos da?

Si nosotros nos lo consideramos, no necesitamos que el mundo nos lo diga.

Con este tema recuerdo el otro días (hace pocos), estaba con un amigo tomando en una terraza una cerveza.

Tomado esa cerveza paso con el coche un amigo, de mi amigo (conocido mío), aparco su coche y se sentó con nosotros.

Empezamos a hablar de ir a buscar espárragos al monte.

El recién llegado comento que aun no había, que él fue a buscar y solo encontró dos, suficientes para hacer una tortilla.

Comente, que poco espárrago me parecía para hacer una tortilla.

Entonces el recién llegado “creo” se sintió ofendido y pasó al ataque.

Sinceramente no recuerdo muy bien como, le di muy poca importancia al ataque y no lo tomé como tal.

Pero mi amigo, como para “defenderme” (imagino), le soltó que había escrito un libro de cocina…

Pero como el otro ya estaba enfrascado en su batalla personal, continuó su ataque.

Sinceramente, aunque su ataque no lo valore como tal, a mi amigo, si me dio la impresión de que se sentía mal (igual son imaginaciones mías, no lo se).

La cuestión es que un poco agresivamente me explico como se trocean los espárragos cogidos del monte y se hace una tortilla con ellos.

Sinceramente, opino que no es malo su sistema, el cual nos conto, aunque yo compro espárragos de supermercado, no me pego un panzón de andar por el monte, mi tripón cervecero dice que es malo para el, andar por el monte buscando cosas, aunque reconozco que son mejores unos productos recién cogidos que unos que igual llevan semanas en las cámaras y no son silvestres.

Pues en este caso, creo que doy una muestra de humildad, aprendo una forma que no sabia de cortar los espárragos y evito una confrontación.

Por cierto, la forma de cortarlos que comento, es cortarlos doblándolos, y cuando llegas donde no se rompen, se tira lo duro, yo los corto con el cuchillo e (imagino), que con menos tacto, pero con el cuchillo “noto” cuando ya están duros.

10.-Renuncia a las etiquetas.

Realmente este punto si que lo tengo difuso, estoy de acuerdo en que las etiquetas no me gustan, pero también creo que es una buena cosa para ordenar las cosas.

Creo que resumiendo, en el tema de las etiquetas, se deberían colocar solo las mas genéricas y sin olvidar que las etiquetas pueden quitarse e incluso renombrarse.

Si en nuestro escritorio, tenemos un cajón en el que solo guardamos diskettes, va siendo hora de meter esos diskettes en una caja y olvidarlos en algún rincón (o quizás directamente tirarlos a la basura), etiquetando el cajón con otra cosa mas útil como podrían ser lápices y elementos de escritorio, por poner un ejemplo.

Los ordenadores actuales ya no llevan lector de diskette y quizás pronto ya ni tan solo lleven lector de DVD.

11.-Abandona tus excusas.

Es cierto, de nada sirve decir yo no se hacer esto, inténtalo aunque te equivoques, si no sabes pregunta, investiga.

Al menos personalmente os puedo contar, que me da un gran placer cuando realizo cualquier tontería, de la cual no tengo la menor idea, investigo, aprendo y realizo.

Ciertamente en ocasiones hago cosas y no me salen bien, pues se vuelven a hacer y listo.

Ya que os he hablado de mi libro de cocina, recuerdo aun mi primera bechamel, (quizás hace 10 años o mas), me salió negra y termino en una maceta…

Otro día, intentaba hacer una receta de arroz o pasta, (ni tan solo recuerdo que era), como no tenía la menor idea de cocinar, seguía al pie de la letra lo que ponía en la receta, como es obvio que tanto a la pasta, como al arroz, se le ha de poner agua, quien escribió la receta, lo omitió o lo olvido, la cuestión es que como no ponía que había que poner agua, yo no se la puse… mas alimento de macetas y no recuerdo como quedó la cazuela…

Esto no hace mucho que me ocurrió, hice una tarta de manzana, quedó con buena pinta, pero para mi gusto estaba poco dorada, pues apague el horno y la deje tostarse un poco mas… pero la olvide, no se si por despiste o por la confianza de que el horno estaba apagado, pero cuando la saque era un trozo de carbón…
Seguro, que me han pasado mas aventuras, pero ya vale con estas…

Entonces queda claro que no se hacer una bechamel, ni se hacer pasta, ni arroz, los postres se me queman, mejor que en la cocina se meta mi mujer…

Pues si una cosa sale mal, se empieza de nuevo y no pasa nada, igual que en estos casos me salió mal, hay muchos mas en los que salió bien, al principio muchos errores, cuestión de aprender y de suerte también.

12.-Renuncia a vivir tu vida a las expectativas de otras personas.

No se puede vivir haciendo lo que los demás piensan que debemos hacer, debemos escuchar y valorar lo que los demás nos recomiendan, pero el único que tiene derecho a decidir en nuestra vida, somos nosotros y ello no es ser egocentrista.

Ser egocentrista, es decir yo quiero que esto sea así, que se pare el mundo y si molesto a alguien, que se aguante.

Decidir lo que nos conviene, lo que deseamos, valorando las opiniones de los demás, es el camino correcto para no estrellarnos, con el primer grano de arena que encontremos en el largo camino de la vida.

13.-Abandona el pasado.

En este punto discrepo, el pasado es la simiente del presente y el fruto del futuro.

No hay que vivir en el pasado, eso es cierto.

Tampoco hay que estar todo el tiempo pensando en el futuro.

Estamos viviendo el presente, eso es lo real, eso es lo que tenemos y no volveremos a tener, saboreémoslo.

Es muy cierto que hay que vivir el presente, utilizando las enseñanzas del pasado y allanando el camino del futuro, pero jamás hemos de olvidar que el pasado paso ya, ni tampoco olvidar que el futuro, si llega, puede ser muy distinto a como deseamos o imaginamos.



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